La temperatura de servicio para los vinos blancos con poco cuerpo es de 7 a 10 °C para mantener la acidez y frescura típica de las cepas. Vinos blancos de cuerpo medio/mucho cuerpo con roble y/o con fermentación maloláctica, deben ser servidos de 10 a 13 °C.
Luego, en los vinos tintos también vamos a determinar su temperatura de acuerdo a su cuerpo. Los vinos tintos de mucho cuerpo se sirven entre los 15 a 18 °C. Si el vino tinto es de cuerpo ligero como el Beaujolais, se deben servir a una temperatura más baja (13 °C).
Si mi vino está muy frío, la mejor forma de aumentar su temperatura es dejarlo que aumente de forma natural lentamente en la copa. NO pongamos el vino al lado de la parrilla, esto puede dañar nuestro vino de forma irreversible.
Un tip que te recomendamos para mantener siempre la temperatura fría o enfriar rápidamente una botella es tener una cubeta con hielo y mucha agua (¡no tengas miedo de hacer lo mismo con el vino tinto!).
Finalmente, el tiempo que estas botellas pueden durar abiertas va a depender del vino que estemos hablando, de cuánto tiempo hayamos dejado la botella abierta y de cuanto vino quede dentro de botella.
Lo que se recomienda es tapar inmediatamente la botella luego de haberse servido, y volverla a dejar dentro del refrigerador, sea blanco o tinto. Ideal es comprar algún sistema para sacar el oxígeno de la botella (como el Vacuvin).
Recuerda la temperatura es un factor muy importante: en un vino muy frío se perciben menos aromas y sabores, y si se encuentra demasiado caliente se siente demasiado alcohólico y tánico.